fresas que beben menos



Las fresas que usamos en nuestras bebidas pueden no parecer tan diferentes de la variedad local de tu supermercado. Son rojas, bonitas y si las mezclas con nata están deliciosas. Pero lo realmente especial de las fresas que trituramos en nuestras bebidas es que usan menos agua. Gracias a una gestión inteligente del agua, esto significa que estamos ahorrando cantidades imporantes de este bien en la zona de España donde las cultivamos.


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fresas y animales

Nuestras fresas son de la provincia de Huelva, en el sur de España, que también es el hogar de miles de aves migratorias. Vienen al Parque Nacional de Doñana (uno de los humedales ecológicamente más importantes de Europa) cada año, que como habrás adivinado, necesita mucha agua para poder mantenerse. Aunque el cultivo de fresas es bueno para la economía de esta zona de España, la cantidad de agua que se utiliza para el cultivo no es tan bueno para el ecosistema del parque. Así que decidimos encontrar una manera de que el agua disponible sirva para apoyar tanto el cultivo de fresas como el parque nacional.






lo mejor para ambas partes


Para encontrar una respuesta, en 2009 comenzamos a trabajar con la Universidad de Córdoba para probar diferentes métodos de irrigación. Después de algunos experimentos, demostraron que era posible cultivar fresas usando un 10-40% menos de agua sin afectar la calidad. La mayor parte de esta agua se ahorró planificando cuidadosamente la cantidad que cada planta necesita, regándola sólo cuando realmente lo necesita y manteniendo el equipo de riego en buen estado.

Resultó que ahorrar agua también abarataba el funcionamiento del sistema de riego de una granja y la aplicación de fertilizantes. El agua desperdiciada generalmente hacía que la zona de cultivo se volviera resbaladiza, pero con menos desperdicio, los recolectores ya no se sentían como si estuvieran caminando sobre un barrizal y los administradores de las granjas ahorraban dinero.






sembrando abundancia

Esta forma mejorada de regadío de fresas tuvo tanto éxito que decidimos difundirla a lo largo y ancho. Para ello, necesitábamos involucrar a los agricultores y a sus compradores, especialmente a los minoristas que compran el 70% de las fresas cultivadas en Huelva. Así que en 2014 nos asociamos con la plataforma de Iniciativa para una Agricultura Sostenible (SAI) y un grupo de empresas agroalimentarias que se abastecen de fresas de la región para trabajar en un ambicioso proyecto de ahorro de agua.

Juntos, hemos formado a 77 agricultores en 45 técnicas diferentes para una mejor gestión del agua y hemos organizado una master class para que otros 38 asesores agrícolas se conviertan en expertos en este campo. Además de la formación en el aula, invitamos a nuestros agricultores a presenciar estas prácticas en dos granjas de exhibición. Nuestra formación es gratuita y para difundir el mensaje, hemos mostrado nuestro trabajo a todos los cultivadores de fresas y hemos utilizado nuestras plataformas sociales para compartir nuestros mejores consejos. Esto llegó a más de 300 agricultores, que cultivan el 58% de las bayas de la zona.

En 2016 nuestro proyecto fue galardonado en la categoría de “agua” en los premios de Negocios Sostenibles por ‘The Guardian', y tres años después, conseguimos ahorrar 500 millones de litros en un año. Aunque la mayor parte de nuestro trabajo ya está hecho, seguiremos trabajando con nuestros cultivadores de fresas para asegurarnos de mantener vivo el legado del proyecto.