Con todo lo mencionado anteriormente, estamos reduciendo las emisiones de dióxido de carbono que se producen al hacer nuestras bebidas. Pero hasta que hayamos dado con la manera de elaborar una bebida sin provocar una emisión de dióxido de carbono, tendremos que equilibrar el resto a través de algo llamado "compensación de las emisiones de carbono". 

La compensación de emisiones de dióxido de carbono se explica muy fácilmente con un vaso de agua y una esponja.  Imaginemos que nuestras emisiones anuales de dióxido de carbono son un vaso de agua. Reducir las emisiones es como poner menos agua en el vaso y la compensación de emisiones de carbono es como sumergir una esponja en él hasta que toda el agua haya quedado absorbida. La forma más conocida de absorber las emisiones de dióxido de carbono es plantando árboles, que capturan y almacenan el dióxido de carbono a medida que crecen. Otra manera es invertir en iniciativas que eviten los gases de efecto invernadero desde un inicio. Por ejemplo, invertir en opciones energéticas más verdes que sustituyan a los combustibles fósiles o en proyectos que conserven las "reservas de carbono" naturales del mundo como las selvas tropicales o las turberas.

Desde ahora hasta el año 2023, estaremos trabajando con los principales compensadores de emisiones de dióxido de carbono y expertos en la plantación de árboles para crear nuestro propio plan de acción climática. El plan invertirá en iniciativas locales (como la plantación de árboles y la conservación de las turberas) y en otras más globales que protejan o regeneren las selvas tropicales en las zonas del mundo más afectadas por el cambio climático.